Esta pintura miedosa estuvo en el ático de la abuela de Sean Robinson durante veinticinco años; la anciana siempre había dicho que la pintura era el mal, que el artista que la creó había utilizado su propia sangre mezclada con la pintura y se había suicidado poco después de terminarla.
Sean luego de encontrar la pintura y sacarla a la luz, decía que oía voces y gente llorar ; él y su familia comenzaron a experimentar fenómenos espeluznantes como sombras y gritos por doquier, su hijo se cayó por las escaleras, su esposa sintió algo acariciándole el pelo y vio al hombre sombra y él oyó llorar a la pintura de manera estruendosa.
Robinson decidió grabar la pintura y ahí se muestran portazos, humo y la pintura que cae de una pared sin ninguna razón. El hombre decidió esconder de nuevo el cuadro como su abuela y no la ha vuelto a sacar a la luz.
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